Fiestas en las que los caballos son protagonistas: Caballos del Vino de Caravaca
Continuamos hablándoos de fiestas populares en España en las que los caballos son sus protagonistas. En esta ocasión os traemos los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz, fiestas únicas en el mundo en las que los mejores caballos caravaqueños salen a sus calles ataviados con sus mejores galas para engrandecer al máximo sus fiestas y competir en la “Carrera”.
Los Caballos del Vino es una fiesta popular única e insólita celebrada en Caravaca de la Cruz (Murcia) los días 1 y 2 de mayo, durante las Fiestas en Honor a la Santísima y Vera Cruz.
Organizada por el Bando de los Caballos del Vino, una federación compuesta por sesenta asociaciones denominadas peñas caballistas, en la que las mismas, con sus respectivos caballos, participan en tres concursos distintos: el Concurso de Caballos a Pelo, el de Enjaezamiento y la Carrera.
El concurso más conocido y de mayor reclamo turístico es la Carrera de los Caballos del Vino, celebrada en la mañana del día 2 de mayo. No obstante, los festejos de los Caballos del Vino atraen a la ciudad cada año a más de 100.000 visitantes de todo el mundo. Siendo tal su relevancia que las fiestas fueran declaradas de Interés Turístico Internacional en el año 2004 y que el festejo de los Caballos del Vino aspire a ser declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
La fiesta comienza el 1 de mayo con el concurso a pelo. Las peñas, con sus correspondientes caballos, recorren las calles de la ciudad, donde se premia la morfología del equino en su estado puro.
La madrugada del 2 de Mayo, los caballos del Vino comienzan con el lavado y enjaezamiento, intimísimo ritual de “vestir al caballo”, al que sólo a unos pocos privilegiados, los más vinculados a las peñas y familiares, les está permitido asistir.
Es tradición que al alba el grupo formado por el caballo y los cuatro caballistas reconozca las calles donde horas después se desarrollará el espectáculo.
El desfile de los Caballos del Vino comienza a las 8 de la mañana, partiendo de la Plaza Nueva y Plaza del Arco, donde previamente se concentran las peñas y los bandos Moro y Cristiano que preceden a los múltiples caballos que toman parte en el mismo.
Siguiendo a cada caballo va su Peña, constituida por los miembros que durante todo el año han trabajado para hacer el manto que luce el caballo durante el festejo.
Tras el desfile, a medio día, en la subida al castillo, tiene lugar la legendaria carrera de los Caballos del Vino, momento cumbre del festejo. Prueba cronometrada, en la que el caballo, acompañado por cuatro mozos que corren a su lado agarrados a él suben velozmente los 80 metros de pronunciada pendiente que cubren en apenas 7 segundos.
La participación de los más pequeños tiene lugar el 3 de mayo, con sus correspondientes pasacalles y carrera, siendo uno de los momentos más simpáticos de esta fiesta.
